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Mirna Pineda – Paradigma de las empresas familiares

NUEVOS PARADIGMAS DE LAS EMPRESAS FAMILIARES

La sutil capa de la piel se hace más delgada cuando de negocios familiares se trata.

Separar los negocios y la familia parece una tarea imposible, pues la sensibilidad aflora al no ser capaces de distinguir eso de: “Son negocios, no es nada personal”.

El asunto es que la empresa es manejada por personas que además de desarrollar una serie de habilidades y poner a prueba sus talentos, deben maniobrar dentro de las intrincadas redes emocionales, que finalmente son las que dirigen sus vidas.

Inmiscuir los sentimientos en el negocio podrían estancar el progreso.

Roxana tenía un pequeño negocio con su esposo, habían decidido destinar una parte de la casa para colocar todas las herramientas necesarias para economizar en la renta, ya que la mayor parte de la actividad se realizaba en la calle. Pronto se dieron cuenta de que el negocio se metía hasta la cocina, pues aunque cerraban el sitio, los problemas, contratiempos, enojos con la clientela y hasta algunos rastros de aceite terminaban en la recámara.

El asunto no era diferente para Cristina y Pablo, que tenían una panadería y restaurante. Pasaban largas horas en el negocio, haciendo malabares para sacar adelante a sus hijos, sin darse cuenta que el poco tiempo que pasaban en casa, hablaban del negocio. Habían hecho planes para que los mayores de sus hijos aprendieran el teje y maneje del local, pero los jóvenes tenían otros planes para su vida, aunque sentía un enorme compromiso para no defraudar a sus padres.

Hay muchas historias de éxito en las empresas familiares -Nordstrom y Bimbo entre otras-, sin embargo, implica la participación de agentes externos, consultores y asesores que preparan a los integrantes para el relevo generacional.

En las empresas familiares hispanas en particular, existen viejos paradigmas que limitan el desarrollo y evolución de los negocios, en principio es la resistencia al cambio y lo que posteriormente puede desencadenar mayores conflictos: separación de asuntos de negocio y familia.

Los hispanos tenemos la emoción a flor de piel, ante cualquier contrariedad en las relaciones personales, sociales y de negocios, surge la emoción que puede ser el enojo o la tristeza. Éstas emociones son producto de las interpretaciones que cada persona hace con respecto a cualquier idea, dado que tiene su propia percepción (y percepciones hay tantas como ombligos en el mundo) tiende a sentirse “víctima” de la situación y vive resentida por ese acontecimiento. Este estado emocional se traslada con bastante frecuencia a los negocios, por la comunicación se entorpece y quién sale más afectado es el cliente, quien debería ser la prioridad.

Los cambios de paradigmas implican:

  • Definir y clarificar los roles de cada persona dentro de la empresa de acuerdo a las habilidades de cada integrante y no solo por jerarquía generacional.
  • Establecer una comunicación afectiva y efectiva, que implica un vocabulario respetuoso y de liderazgo, que aliente la colaboración y el entendimiento mutuo.
  • Equilibrio en la visión y misión, para ACTUAR en congruencia.
  • Definir, aclarar, separar asuntos de negocios y asuntos personales para evitar confusiones y conflictos.
  • Visión global para equilibrar y gestionar asuntos de negocios (finanzas) y asuntos emocionales

La permanencia de las empresas familiares implica contar con un liderazgo donde se ejemplifican los valores familiares, ser empático con los colaboradores y la comunidad, saber desarrollar a los equipos y priorizar las necesidades del cliente para el éxito de la empresa.

La tarea no es sencilla, pero es posible. Si no sabes cómo hacerlo, busca apoyo.

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